lunes, 10 de diciembre de 2012

Antes de partir confieso…



“Antes de partir confieso que hasta hoy mis días han pasado ante mis ojos entre las llamas de una visión. Como el latir de lo eterno, sin principio ni final, entre sus manos he vuelto a caer y me ha hecho despertar…” (Opera Magna, “Un sueño en un sueño”)

Que entré llorando a Machupicchu.

Que, con el perdón de las damas, pienso que la ropa les hace el sumario.

Que soy fumador compulsivo.

Que tengo serias dificultades a la hora de perdonar.

Que la canción más mentirosa que me han dedicado es “Eterno es este amor”.

Que la última canción que dediqué fué "Tu recuerdo me bastará" de WarCry, porque "llegó un extraño y se llevó mi corazón prendido a tu cuerpo..."

Que lloro en los conciertos.

Que el desierto de La Tatacoa es mi lugar preferido de este país.

Que mis niveles de tolerancia son tan bajos como mi estatura.

Que he robado descaradamente frases de canciones para enamorar.

Que acostumbro a abandonar a las personas o los lugares de súbito, sin avisar y a veces nunca regreso.

Que a mis 19 años salí con una mujer que muchos considerarían imposible de alcanzar, que me enseñó que nada es imposible y a veces se me olvida.

Que no tengo la minima confianza en mi mismo.

Que abandoné la religión católica porque un sacerdote me dijo en 1996 que yo iba por mal camino.

Que he deseado la mujer del prójimo, la he traído a mi cama y con eso he causado y me han causado heridas.

Que me considero un fracasado por no haber sabido mantener lo que he conseguido.

Que envidio la inteligencia de mi papá, y por más que él diga que yo también soy brillante, no le creo.

Que me acompleja ser obeso y de corta estatura.

Que me  equivoco con mucha frecuencia.

Que soy un buen perdedor pero un pésimo ganador.

Que me enamoro a destiempo.

Que sueño con irme de ermitaño.

Que anoto números telefónicos en el polvo de mi cuarto.

Que, salvo excepciones, me importa un culo lo que usted piense de mi.


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